La revolución industrial I: contexto histórico y teoría smithiana (1ra parte)
CURIOSIDADES
Luisa Lopez Andrés Lopez
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La revolución industrial I: contexto histórico y teoría smithiana
La Revolución Industrial I inició en el siglo XVIII, específicamente en Gran Bretaña marcando un cambio radical en la historia económica y social del mundo. Este cambio radical estuvo impulsado por avances tecnológicos innovadores y la adopción generalizada de la división del trabajo, lo que a su vez propició un notable crecimiento económico. Todo este proceso se ilumina desde la perspectiva fundamental de la teoría de Adam Smith, brindando una visión reveladora de cómo estos elementos intervinieron para moldear una era que cambió para siempre el curso de la humanidad.
Avances Técnicos de la Revolución Industrial I
La Revolución Industrial I se caracterizó por una serie de avances técnicos que transformaron la forma en que se producían bienes y servicios. La invención de la máquina de vapor, por ejemplo, permitió la mecanización de procesos antes realizados manualmente, aumentando la eficiencia y la productividad. Asimismo, la adopción de nuevas técnicas en la industria textil, como el telar mecánico, revolucionó la manera en que se producían tejidos y prendas de vestir, acelerando la producción y satisfaciendo la creciente demanda del mercado.
Estos avances tecnológicos no solo modificaron los métodos de trabajo, sino que también generaron nuevas oportunidades laborales al requerir personal especializado en el manejo y mantenimiento de maquinaria
Luisa Lopez
Andrés Lopez
12/03/2024


División del Trabajo según Adam Smith
Uno de los conceptos clave de la teoría smithiana, que está relacionado con los avances tecnológicos, I es la división del trabajo. Adam Smith observó que, al dividir las tareas complejas en pasos más simples y especializados, se podía aumentar la eficiencia y la producción. Este principio se aplicó ampliamente durante la Revolución Industrial, especialmente en las fábricas, donde cada trabajador se dedicaba a una tarea específica en la cadena de producción.
La división del trabajo no solo mejoró la eficiencia, sino que también influyó en la organización del trabajo y en las condiciones laborales. Surgieron nuevas formas de gestión y supervisión para coordinar las diferentes etapas de producción, y se establecieron jornadas laborales prolongadas para aprovechar al máximo la capacidad de las máquinas


Crecimiento Económico como Fuente de Empleo
En consecuencia, la Revolución Industrial I impulsó el crecimiento económico al aumentar la producción y la oferta de bienes. Esto generó empleo en múltiples sectores, desde la industria hasta el comercio y los servicios relacionados. Las ciudades experimentaron un notable aumento en su población debido a la migración de personas en busca de oportunidades laborales y económicas, lo que marcó un cambio significativo en la estructura demográfica y socioeconómica de la época. Este análisis de la migración aparece en la teoría de Smith (cap. 8, libro I) cuando el autor analiza los movimientos del trabajo en función de la comparativa salario-precios de alimentos; o, los movimientos del trabajador durante el ciclo económico.
No obstante, este período de expansión económica también desató desafíos significativos en términos sociales y laborales. Las condiciones de trabajo en las fábricas eran notoriamente difíciles y peligrosas, caracterizadas por jornadas laborales extenuantes y salarios mínimos para muchos trabajadores. Estos retos destacan la complejidad de la Revolución Industrial, donde el progreso económico va de la mano con la necesidad de abordar cuestiones fundamentales relacionadas con el bienestar y la seguridad de los trabajadores.


Innovación tecnológica y beneficios de ser una isla
Las grandes invenciones de la maquinaria fueron producto de la necesidad de aumentar la producción y reducir costos, se convirtieron en algo fundamental en la Revolución industrial. En esta situación, los beneficios de ser una isla adquieren mucho sentido. Hay una ventaja estratégica en términos de comercio, pues se facilita el transporte nacional e internacional a través de medios de transporte como los canales o puertos. Esto trajo una excelente conexión con el mundo exterior, trayendo materias primas baratas y exportación a escala de productos manufacturados.
Estas ventajas del comercio son incluidas en el análisis de los límites de la división del trabajo por la extensión del mercado (cap. 3, libro I). Allí el autor habla de cómo los medios marítimos son capaces de ampliar los beneficios de la división del trabajo al ampliar la extensión mercantil, y cómo es natural que dichos medios bajen los costos de producción para el caso del transporte.
Síntesis del Tema
En resumen, la Revolución Industrial representa un capítulo trascendental en la evolución económica y social, en el cual los avances tecnológicos, la aplicación de la división del trabajo y el crecimiento económico se entrelazaron para transformar radicalmente la producción y el empleo. Aunque este período generó oportunidades sin precedentes, también puso de manifiesto desafíos importantes en términos de condiciones laborales y derechos de los trabajadores. Al comprender la complejidad de este contexto histórico y las teorías que lo fundamentan, se permite percibir el impacto duradero de la Revolución Industrial en la teoría económica y las lecciones que sigue ofreciendo para la economía y la sociedad contemporáneas.




